“En la silla de Moshé se sientan los perushim (escribas) y soferim.
Todo cuanto Moshé ha dicho, guardadlo y hacedlo, pero las
interpretaciones que ellos hacen de esos mandamientos no los
sigáis…” (Mateo 23:2, 3. NT. Hebreo español).
Previamente establecimos, que cuando Jesús cita la ley de Dios la
llama de acuerdo a su nombre oficial… “Ley de Moisés”. ¿Qué nos
enseña nuestro Salvador acerca de ella? El divino Maestro había
dicho a la gente y a sus discípulos (Mateo 23:2, 3) que debían
guardar la ley mosaica, pero no a la manera en que lo hacían los
fariseos, es decir, siguiendo interpretaciones humanas. Veamos una
enseñanza de nuestro Señor que es de vital importancia:
“17¡Ni os pase por la mente la idea que he venido a declarar abrogada
la Torah o a los profetas! No he venido a abrogar, sino a mostraros
cómo interpretarla correctamente. 18Porque de cierto os digo, hasta
que pasen el cielo y la tierra, ni una Yiod, ni un adorno de una letra
sagrada, pasará de la Torah hasta que todo lo dicho en ella haya sido
totalmente enseñado y alcanzado su intención original. 19Por tanto,
quien quiera que a propósito desobedezca uno solo de los
mandamientos de la Torah, que le sea aplicable, aún tratándose de los
“pequeños” y cause así que los hombres también le desobedezcan,
muy pequeño será al reino de los cielos. Más cualquiera que los
obedezca y enseñe a los hombres cómo obedecerlos, muy grande será
llamado en el reino de los cielos”
¿Podríamos pensar que nuestro Señor estaba protegiendo
exclusivamente la ley del sábado y los Diez mandamientos? NO.
Jesús esta poniendo un «blindaje» alrededor de toda la ley de su
pueblo. Compare ahora aquellas expresiones divinas del Salvador con
las de los líderes antifiestas actuales:
“Cristo quitó las fiestas solemnes y las puso en la cruz… Jesús vino a
quitarnos la cédula de las fiestas (Colosenses 2:14). Que el fin de las
fiestas es Cristo (Romanos 10:4)… Que las fiestas fueron nuestro
«ayo»… Que Cristo nos quitó el ayo (Gálatas 3:19, 24)… Los
apóstoles declararon anuladas las fiestas en el concilio de Jerusalem
(Hechos 15)… Que las fiestas eran una carga tan, tan difícil que ni el
judío podía llevar… Que los que guardan las fiestas están bajo
maldición”… etc.
Sin recato alguno, estos “maestros” religiosos afirman (aún en contra
de lo que precisó el Señor en Mateo 5) que Jesús eliminó la ley de
Moisés y las Fiestas solemnes. Pero le pido que observe nuevamente
tales argumentos. ¿Se percató ya que con esos mismos enunciados
defienden su credo los católicos y protestantes para no guardar el
shabat? Continuamos con la explicación de Mateo 5:17
Versículo 17: Aquí nos asegura el mismo Jesús que Él no vino a
abrogar nada de las leyes judías, sino a mostrarnos la recta
interpretación de la Torah. Cuando el Hijo de Dios llegó, entonces la ley
mosaica cobró su verdadero sentido. Pablo sostiene en sus cartas lo
que le reveló el Maestro: que en el cuerpo del Señor están expresados
los sacrificios y ritos del AT. Por lo que tales ritos siguen existiendo en
estado espiritual. El Señor Jesús solo movió la ley de un punto a otro,
pero nunca la destruyó. [Recordad el pan ázimo y la copa,
sustituyendo el cordero asado y las hierbas amargas de Pascua.]
Versículo 18: Habla de la perpetuidad de la ley… «Ni una yiod, ni un
tilde perecerá de la ley».
Versículo 19: Lea nuevamente el texto y se dará cuenta que en este
error están incurriendo los dirigentes antifiestas: …“Por tanto, quien
quiera que a propósito desobedezca uno solo de los mandamientos de
la Torah, que le sea aplicable, aún tratándose de los “pequeños” y
cause así que los hombres también le desobedezcan, muy pequeño
será llamado al reino de los cielos”...
Observación: Los antifiestas defienden la ley del sábado ante los
protestantes así: “El día solemne del sábado queda vigente, lo que
queda nulificado en la cruz son los sacrificios y ofrendas que se hacían
conforme al sacerdocio levítico, pero el sábado glorioso permanece
intacto. Así nosotros -la iglesia de Dios (Israelita)- cuando
defendemos las Solemnidades de Dios ante los antifiestas, les
devolvemos la misma explicación, pero es entonces cuando éstos
sufren de “sordera”… “No oigo, soy de palo”…dicen.
Vea lo valioso -o “perjudicial”- de la ley de Moisés. Luego poniendo la
mano en su corazón atrévase a afirmar, lector, que Jesús murió en el
madero por quitarnos la “carga” de estos principios:
La ley de Moisés enseña el amor al prójimo (Levítico 19:18).
La ley de Moisés promueve el temor a Dios (Deuteronomio 6:2, 13).
La ley de Moisés nos manda amar a YHWH (Deuteronomio 30:16, 20).
La ley de Moisés procura las bendiciones del Eterno (Deuteronomio
30:19).
La ley de Moisés prohíbe enseñar la doctrina falsa (Deuteronomio
18:22).
La ley de Moisés prohíbe torcer el derecho del prójimo (Éxodo 23:6).
La ley de Moisés prohíbe la adivinación: Deuteronomio 18:10-12).
La ley de Moisés promueve el buen trato al extranjero (Éxodo 23:9).
La ley de Moisés exige enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos
(Deuteronomio 6:1-7; 11:19).
La ley de Moisés enseña a amonestar al desobediente: Levítico 19:17;
Salmo 141:5).
La ley de Moisés prohíbe el agravio al prójimo en todas sus formas
(Deuteronomio 25:13-16, 36).
La ley de Moisés prohíbe al hombre vestir como mujer y viceversa
(Deuteronomio 22:5).
La ley de Moisés prohíbe los tatuajes (Deuteronomio 14:1, 2; Levítico
19:28).
La ley de Moisés prohíbe quitarle o ponerle palabras a la enseñanza de
Dios (Deuteronomio 4:2).
La ley de Moisés prohíbe la relación sexual del hombre con las bestias
(Éxodo 22:19; Levítico 18:23).
La ley de Moisés prohíbe el maltrato a la viuda y al huérfano (Éxodo
22:22-24).
La ley de Moisés enseña la reverencia al ancianito (Levítico 19:32).
La ley de Moisés prohíbe las relaciones sexuales entre parientes
cercanos y lejanos (Levítico 18:1-20).
La ley de Moisés prohíbe las relaciones homosexuales (Levítico
18:22).
La ley de Moisés prohíbe ser testigo falso (Éxodo 23:1).
La ley de Moisés prohíbe comer animales impuros (Levítico 11).
La ley de Moisés prohíbe comer sangre (Deuteronomio 12:16).
La lista sería interminable, así que por el momento solo le quise
mostrar estos pequeños ejemplos.)
¿Podría usted seguir insistiendo en que nuestro Señor murió para
quitarnos la “carga” tan pesada que causan en el alma del creyente
todos estos valores morales? ¿Favorecen nuestra vida espiritual estas
normas o las perjudican? Si el Redentor en verdad abolió estas leyes,
¿no piensa que esto solo contribuiría a generar más desorientación y
maldad en el mundo? Según Mateo 5:17, ¿a qué nos alienta el Señor
Jesús? R: A enseñar y guardar las leyes de Dios.
El apóstol Santiago, coincide con las instrucciones que él mismo
recibió del Maestro:
“10Pues cualquiera que observa toda la Torah, pero transgrede en un
punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No adulterarás, también dijo; No asesinarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero
asesinas, te has hecho transgresor de la Torah” (Santiago 2:10, 11).
Los pasajes implican lo siguiente: Si algún buen cristiano guarda el
sábado, diezma, observa la ley alimenticia, pero al mismo tiempo
rechaza las Fiestas solemnes viene a ser un TRANSGRESOR DE LA
LEY. Para la nación judía, eliminar solo una fracción de la Torah
significa tanto como quitarse trozos de piel, la cual no hace sino
proteger al cuerpo. Por lo tanto la ley es vida, Salomón ratifica esto así:
“Guarda mis mandamientos y vivirás, dice el Eterno” (Proverbios 7:2).
Por ello es que nuestro Señor en Mateo 5:17-19, mandó un mensaje
muy fuerte a los judíos incrédulos de su época que pensaban que Él
estaba invalidando la doctrina y leyes de Moisés. Empero, también, el
mismo mensaje lanza el Señor a todos los religiosos de nuestros días,
que ignorando el espíritu de la Torah creen igual. Imagínese usted
lector, si Jesús hubiera descalificado a Moisés, ¿no sería
desacreditarse a sí mismo, ya que Moisés escribió de él? (Lucas
24:27, 44-46; Hechos 3: 20-23).
|
Iglesia de Dios (Israelita)
Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; efesios: 2:20 |