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martes, 8 de noviembre de 2011

La mujer en el hogar (Su influencia)



Lectura Bíblica: Colosenses 3:16–21 (Peshita).
16 Que si palabra habite abundantemente en ustedes en toda sabiduría, enseñándose y amonestándose entre ustedes con salmos, con cánticos e himnos del espíritu, cantando con gracia a Dios con sus corazones.
17 Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, dando gracias a Dios Padre por medio de Él.
18 Esposas, sométanse a sus maridos como conviene en el Cristo.
19 Maridos, amen a sus esposas y no sean ásperos con ellas.
20 Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque así es agradable delante de nuestro Señor.

21 Padres, no exasperen a sus hijos para que no se desalienten. Texto para Memorizar:

 Proverbios 31:30
“Engañosa es la gracia, Y vana la hermosura: La mujer que teme a Jehová, será alabada”

Comentario al título
La mujer tiene varios papeles en el hogar, estos trabajos son muy importantes, como esposa, vean ustedes la responsabilidad, no solamente es ser compañera y esposa, sino de ella depende que el hogar este limpio, que la ropa este limpia, de que haya comida, y de recibir a su esposo con palabras bonitas, etc. También la mujer es madre, se tiene que preocupar porque los hijos vayan limpios y con sus respectivos vestidos a la escuela, debe de darles de desayunar, comer y cenar, son ellas la que normalmente les ayudan a los niños hacer las tareas, a vestirlos, etc. Así podemos enumerar la gran labor que cada mujer tiene es su hogar. Como esposa, madre, educadora, doctora, niñera, amante, cocinera, etc.
Una de todas las cosas importantes que debe de hacer la mujer en el hogar con su esposo y aun con sus hijos es influir de una manera positiva. Sabemos que la mujer es inteligente y mas cuando esta mujer se convierte con la palabra de Dios en una mujer sabía la cual con sus manos la edifica.

Comentario a la lectura
Aplicar estos versículos a lo que habla sobre la influencia de la mujer en los hijos y al esposo es un poco difícil, pero, el versículo 16 habla sobre enseñar y amonestar de una manera adecuada. La mujer puede y debe ayudar a sus hijos a superarse, debe de buscar en su esposo que haga la voluntad de Dios. El hombre lleva las reglas y la mujer la enseñanza. Mujeres no le quiten la autoridad a su esposo, si usted cree que está actuando mal su compañero en lo privado, hablando pueden mejorar y hacerle ver lo que usted considera que debe de cambiar. Hermano, tenemos que tener un poco de humildad es valorar los consejos que muchas de las veces la esposa nos da, siempre buscando mejorar nuestra buena relación con el Padre y con la familia.


Comentario al versículo: “Engañosa es la gracia, Y vana la hermosura: La mujer que teme a Jehová, será alabada”

Proverbios tiene mucho que decir acerca de las mujeres. Qué oportuno que el libro termine con una ilustración de una mujer de carácter firme, gran sabiduría, muchas habilidades y una gran compasión.
Algunas personas tienen la idea errónea de que la mujer ideal en la Biblia es retraída, servil y completamente casera. ¡No es así! Esta mujer es una excelente esposa y madre. Es además fabricante, importadora, administradora, corredora de bienes raíces, granjera, costurera, tapicera y comerciante. Sin embargo, su fortaleza y dignidad no provienen de sus sorprendentes logros. Son el resultado de que teme a Dios. Ya que en nuestra sociedad la apariencia física cuenta demasiado, puede sorprendernos que esto nunca se mencione en esta descripción. Su atractivo proviene totalmente de su carácter.

La mujer descrita en este capítulo tiene habilidades sobresalientes. La posición social de su familia es alta. Es más, tal vez no se refiera a una mujer, sino una descripción de la mujer ideal. No la vea como un modelo que se debe imitar en cada detalle. ¡Sus días no son lo bastante largos para hacer todo lo que ella hace! En cambio, véala como una inspiración para ser todo lo que usted pueda ser. No podemos ser igual a ella, pero podemos aprender de su laboriosidad, integridad e ingenio.

Es muy cierto que en la actualidad es un don nacer con una cara angelical, un cuerpo espectacular, esto es suficiente para poder lograr obtener un trabajo. Es cierto también que es más fácil acomodarse en un trabajo a una mujer con una cara bonita, pero Dios no ve eso, sino más bien su carácter, su forma de poner su fuerza e inteligencia para que su hogar funcione adecuadamente. Dios quiere mujeres que voluntariamente se sujeten a su esposo, y así mismo sean sujetas a la voluntad de Dios.

La belleza de la mujer no está peleada con el temor a Dios, las mujeres de los patriarcas fueron muy hermosas, el ejemplo lo tenemos con la esposa de Abraham que era muy hermosa (Génesis 12:11, 14) y qué decir de la mujer de Isaac (Génesis 26:7) o las características que presenta Jacob de Rachel y Lea (Génesis 29:17), las hijas de Job, (Job 42:14, 15), Abigail otra mujer hermosa (1º Samuel 25:3), etc. Lo que importa en una mujer independiente de su hermosura es su forma de pensar, y que se tenga los mismos intereses para la educación de los hijos y de ellos mismos.


Material Exegético
Influir. tr. Causar una cosa ciertos efectos en otra – Ejercer predominio, ascendiente O fuerza moral sobre alguien.
¡Qué buen tesoro es la mujer prudente; a la cual la sagrada ley, queriendo encontrar semejanza de cosa parecida, la igualó a sí misma, está escrito:

“Mujer fuerte, ¿quién la hallará? … Abrió su boca con sabiduría: Y la ley de clemencia está en su lengua” (Pr. 31:10, 26).
Quien describió a la mujer con todas sus cualidades fue Rey Lemuel en el libro de Proverbios 31. Podríamos resaltar muchas cualidades, dos de ellas esenciales en la mujer son:
Una mujer íntegra.
Ella muestra la misericordia a los más desafortunados, cumpliendo así lo dicho en Proverbios 11:25. Ella tiene la ropa preparada para su familia cuando la nieve comienza a caer, hasta tejiendo abrigos más gruesos (Proverbios 6:8).
La risa de ella muestra su confianza absoluta. Ahora ella es una vendedora de telas y cintas (v. 24), una ocupación común en el mundo antiguo.
El marido de la mujer valiosa es un líder dentro del pueblo (Ruth 4:1-13). Su éxito sin duda es en parte debido a la calidad de la mujer valiosa. Su fuerza y honor (v. 25) junto con su capacidad para hablar con sabiduría (v. 26) se reflejan en el bienestar y el prestigio de su familia dentro de la comunidad. El v. 22 da una lista de los símbolos de la riqueza, que es sólo un factor en el éxito y no el factor del éxito.
El v. 27 vuelve a tratar el tema del cuidado del hogar. Aunque hayan muchas actividades de la mujer, ella no ignora la marcha de su casa. Es una verdadera ama de casa, que no come el pan de ociosidad.
La mujer querida
Los vv. 28 y 29 revelan el cariño de parte de los hijos y del marido. Bienaventurada (ver 3:13, 18; 8:32, 34; 16:20; 28:14; 29:18), de parte de los hijos, resume lo que ellos han visto en ella: Una mujer profundamente espiritual y trabajadora, en la que la presencia y la bendición divinas se pueden ver concretamente. Lo dicho por el marido es aun más especial. El reconoce que hay muchas mujeres en el pueblo que hacen el bien, ¡pero ella es la mejor! Estas palabras tan sencillas han de escucharse de parte de muchas mujeres cristianas dentro de la Iglesia de Dios. El marido reconoce la joya que él tiene y no la quiere perder.
Los vv. 30 y 31 son un comentario dado por el maestro de la sabiduría. Es una exhortación y una evaluación de la manera apropiada para juzgar el valor de la mujer. Se da una advertencia contra dos características populares de la mujer. En primer lugar, la Escritura declara que engañosa es la gracia. Nos hace recordar el encanto de la mujer adúltera en Proverbios 5:3; 7:21. En segundo lugar, se afirma que vana es la hermosura. Se recuerda el engaño de las mujeres en la vida de Sansón (Jueces 14:1-; 16:1-). Este engaño era principalmente la culpa de Sansón mismo, en su forma de evaluar a la mujer. Un escrito judío aconseja que ―el joven pone los ojos no sobre la belleza sino sobre la familia potencial‖ (Misná, Taan 4:8). Pablo exhorta a las mujeres a una vida moderada (1ª Timoteo 2:9, 10).

La segunda parte del v. 30 subraya la característica esencial de la mujer. Se recalca la naturaleza espiritual de la mujer (es decir, teme a Jehová como en Proverbios 1:7; 2:5; 3:7). Esta característica ha de ser alabada y tal mujer ha de ser reconocida públicamente en la sociedad, un ejemplo digno de imitar. La mujer virtuosa cumple el mandamiento de Jesús más tarde: Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de modo que vean vuestras obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5:16).

¡Qué horrendo martirio es una mujer sin el temor de Dios en su corazón; la cual la divina palabra, queriendo encontrar semejanza de cosa perversa, la semejó al infierno!, Dice la escritura sagrada: “Y yo he hallado más amarga que la muerte la mujer, la cual es redes, y lazos su corazón; sus manos como ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador será preso en ella” (Ec. 7:26).
La mujer de la cual se habla en este versículo y de la que hay que entender tan pesimistas juicios no es, evidentemente, la mujer en general. El Predicador, seguramente que no incluía en este juicio a su madre ni a la madre de sus hijos. Se trata más bien de la mujer libertina y depravada que describen los primeros capítulos de Proverbios, dado que el autor emplea los mismos términos de los capítulos 5:3, 4; 7:21-27. De este tipo de mujer habla también en el capítulo 22:14: ―Sima profunda es la boca de las extrañas: Aquel contra el cual estuviere Jehová airado, caerá en ella‖ (Proverbios 22,14). ―Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña. También ella, como robador, acecha, Y multiplica entre los hombres los prevaricadores‖ (Proverbios 23:27, 28).
Tal mujer es un lazo que se tiende al corazón del hombre, el cual, llevado de sus instintos, sueña encontrar en ella su felicidad; pero el tiempo se encarga de descubrirle las amargas desilusiones que le esperan. A la esclavitud lo llevara por haber seguido sus instintos pasionales, además de toda la influencia que ella puede ejercer sobre el hombre, en su poder de intriga, en su espíritu de dominio y de maldad; en una palabra, en la parte que le toca en todos los males y en todas las depravaciones de la humanidad. Sólo el que agrada a Dios, es decir, el hombre bueno y virtuoso, podrá vencer con su ayuda los atractivos falaces de la mujer malvada; quien no lo es, dadas las inclinaciones de la naturaleza humana, no escapará a sus seductores lazos.
Mas también en este punto la conclusión ha sido decepcionante: la mujer es mas amarga que la muerte y lazo para el corazón (v.26). Que la muerte sea cosa amarga, lo repiten los autores sagrados, y no podían pensar de otra manera, privados como estaban de la revelación sobre la felicidad que después de ella nos espera. Más claro está en la Biblia de Straubinger: ―Y hallé que más amarga que la muerte es aquella mujer cuyo corazón es lazo y red, y cuyas manos son cadenas.‖ Es una apreciación positiva de la mujer,

como en Proverbios 18:22;. Una casa y riqueza son herencia de los padres, pero una mujer prudente lo es de Jehová (Proverbios 19:14).

Es indudable que la mujer aun no siendo de la vida alegre tienen sentimientos y actitudes que van en contra de la voluntad de Dios, podemos citar a la esposa de Achab, Jezabel, esta mujer no fue ramera declarada, pero actúo con una astucia sorprendente que quien guiaba el reino era ella. La falta de carácter de parte de Achab permitió que su mujer lo manejara a su antojo y aun contra los profetas de Dios atento y como resultado le vino una muerte terrible (1º Reyes 19:1, 2).


La mujer que no tiene temor de Dios es loca y alborotadora, no cuida su hogar, no cuida a su esposo y mucho menos se preocupa por los hijos, no sabe los que es recto y propio.
La influencia de la mujer en la vida del hombre y su familia es trascendente. Su bien obrar hará que su esposo la alabe y que sus hijos se levanten y la llamen bienaventurada (Pr. 31:28); La sujeción a su marido, el temor a Dios y su casta conversación hará que los que no creen se conviertan a Dios (1ª P. 3:1, 2). Su descuido y la falta de Dios en su corazón producirá un mal, está escrito: “La mujer sabia edifica su casa: Mas la necia con sus manos la derriba” (Pr. 14:1).

La mujer debe de ser una buena influencia en su esposo, pero para que esto sea así es muy necesario que su preparación este conformada por los consejos que da la palabra de Dios. Si la mujer sigue la vanidad, avaricia, elegancia, etc. será indudablemente su influencia mala para su esposo y aun para sus hijos. Como ejemplo de mujeres que han influenciado mal a su esposo no podemos pasar por alto y citar a Jezabel, la cual se dice de ella: ―A la verdad, ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel, su mujer, lo incitaba‖ (1º Reyes 21:25). Una de las influencias buenas para su esposo y sobre todo para su pueblo fue la reino Ester 9:12-

Como se deja ver en el pasaje de 1ª P. 3:1, 2; la mujer influye en gran manera en la vida de las personas y en los miembros que forman su hogar; de ella muchas veces depende que el esposo y los hijos se acerquen a Dios, que amen su hogar y se mantengan unidos en cooperación y ayuda constante de unos hacia otros. Un ejemplo de esta influencia es el que ejerció la abuela (Loida) y la madre (Eunice) en la vida de Timoteo, quien desde temprana edad fue orientado por estas santas mujeres, a buscar y seguir a Dios (1ª Tm. 1:5). Así que es sabio allegarse a las buenas obras: como conviene a toda mujer que profesa piedad. El trabajo es arduo pero al fin traerá su recompensa, Dice la escritura sagrada: “Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano” (1ª Co. 15:58).


―A tal hombre, tal mujer. Si la conyugal pareja es honesta, la presencia divina los acompañará siempre; si es deshonesta, un fuego tremendo la consume‖. Está escrito: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo… Y si alguno prevaleciere contra el uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe” (Ec. 4:9, 12).
Mejor dos = Se refiere al hombre y la mujer, que solamente piensan en que siendo dos (casa – dos), obtienen mejor beneficio que estando solos.
El triple hilo = Son marido y su mujer unidos con Dios.
En el pueblo de Dios (su Iglesia), se dice que quien halla a mujer fuerte;… Darále ella bien y no mal, Todos los días de su vida (Pr. 31:10–12). Como también que, quien ama a la mujer y la honra más que a sì mismo, y lleva a sus hijos e hijas por buen camino, tendrá paz; prometida por Dios a los justos. Así que es grato a Dios que las parejas unidas en matrimonio se amen, se comprendan, sean pacientes, que ninguno busque su propio bien, sino el del otro. Está escrito: “… que las casadas estén sujetas a sus maridos como conviene en el Señor y los maridos amen a su mujer y no sean desapacibles con ella” (Col. 3:18, 19; Ef. 5:22, 25).

¿QUÉ MUJER PREFIERES LA SABIA O LA NECIA?
La mujer sabia edifica su casa, más la necia con sus manos la derriba (Proverbios 14:1)
En el libro de Proverbios se caracteriza por poner casi siempre la parte positiva y la negativa ya sea de actitudes, de virtudes, de personas, etc. El versículo que en esta ocasión vamos a explicar es muy importante para saber distinguir de una mujer sabia y una mujer necia, por lo tanto para saber las características de cada una de ellas, es necesario tratarlas por separado. Esto quiere decir que hay dos tipos de mujeres. Hay quien le importa su casa y sus manos son ocupadas para edificarla, pero por otra parte la mujer que es necia hace todo lo posible por destruirla.

LA MUJER SABIA.
Hay muchos versículos que se mencionan que hablan sobre cómo puede uno alcanzar sabiduría, otros de ellos nos dicen que el principio de la sabiduría es el temor a Dios, es el apartarse del mal, pero creo que los versículos que son contundentes para saber cómo se puede adquirir sabiduría es el libro de Proverbios 9:10 que dice: ―El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia‖. Y esta sabiduría se puede adquirir cuando uno le hace caso a Dios obedeciendo los mandamientos de Dios: ―El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Buen entendimiento tienen cuantos ponen aquéllos por obra: Su loor permanece para siempre‖ (Salmo 111:10). A eso se debe que Dios le diga a Israel: ―Guardadlos, pues, y ponedlos por obra [LOS MANDAMIENTOS]: porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta‖ (Deuteronomio 4:6).



Una mujer sabía es aquella que toma muy en cuenta los mandamientos de Dios, de ellos toma para la edificación de su casa, de ellos toma el consejo para guiar su hogar, los pone en práctica mostrando de esta manera el temor al Altísimo. De esta manera conoce a Dios. Entonces la mujer sabia debe de tener una buena relación con Dios, por lógica es que debe entonces ser una hija de Dios, una mujer creyente. Sabemos que una muestra de que es temerosa de Dios es que pone en práctica la voluntad de Dios ya que Jesús decía que muchos de labios le honran pero su corazón está lejos de él.

El temor a Dios se muestra con su conducta, con sus acciones. Para que una mujer sea sabía no necesita ser ―maestra‖, ―profesionista‖, guapa o bella, presentable, sino temerosa de Dios, el libro de los Proverbios dice: ―Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada‖ (Proverbios 31:30). La belleza de la mujer es vana, se acaba, mientras que el temor de Dios hace una verdadera mujer todos los días de su vida. Que bueno a que se pudiera conseguir una mujer como Sara, como Abigail, o Rebeca, o como las hijas de Job, bella y temerosa de Dios. Así que si hay alguien que esté buscando una mujer sabia para casarse, debe comenzar a ―observar su comportamiento‖, ―ver lo que hace‖ y ―evaluar lo que dice‖. La Biblia nos dice que ―de la abundancia del corazón habla la boca‖.
La mujer sabía nos dice el versículo que ―edifica su casa‖, es decir es una constructora, toda su capacidad intelectual esta puesta en su casa, y cuando hablamos de este término no estamos hablando de las cuatro paredes que componen un departamento, sino de la familia, de los hijos, del esposo. Esto incluye sus hijos y su esposo. La mujer sabia es de influencia positiva en la vida de sus hijos y la vida de su marido. Muchas mujeres no han llegado a comprender cuan importante es esta tarea de ―edificar su casa‖.

La influencia de una mujer sabia puede hacer la diferencia entre un hogar destruido, unos hijos mal criados, perdidos por la droga y la prostitución y alejados del temor de Dios y unos hijos llenos de buenas Obras, obedientes, sumisos, amables y buenos hijos de Dios. La influencia de una mujer sabia puede hacer la diferencia en su marido. La mujer sabia ayuda, respalda y coopera con su esposo respetándole como su cabeza y cubriendo sus faltas con su amor. Tenemos como ejemplo a dos mujeres:

La historia de Abigail
No sé cuantos se habrán dado cuenta que muchas veces hay mujeres sabias casadas con hombres necios. El caso de Abigail fue uno de esos y es importante para nosotros en este día porque aunque el esposo de Abigail fue un hombre necio, ella siguió siendo una ―mujer sabia‖. ―Y en Maón había un hombre que tenía su hacienda en el Carmelo, el cual era muy rico, que tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y aconteció hallarse esquilando sus ovejas en el  Carmelo. El nombre de aquel varón era Nabal, y el nombre de su mujer, Abigail. Y era aquella mujer de buen entendimiento y de buena gracia; mas el hombre era duro y de malos hechos; y era del linaje de Caleb‖ (1º Samuel 25:2, 3). Esta mujer supo ser fiel a su marido a pesar de la necedad que había en el. Se nos dice de Nabal, el esposo de Abigail que: ―…pero el hombre era áspero y malo en sus tratos, y era calebita.‖ Abigail dio la cara sabiamente para proteger la vida de su esposo Nabal y toda su casa. Esa era una mujer muy sabia y muy valiente: ―Y dijo David á Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases; Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy el ir á derramar sangre, y á vengarme por mi propia mano‖ (1º Samuel 25:32, 33).

La Vida Sara
Otra mujer sabía que quiero utilizar como ejemplo para las mujeres. Esa mujer es Sara. La Biblia nos dice que las mujeres deben tomar ejemplo de esta gran mujer: ―Asimismo vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos; para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres, Considerando vuestra casta conversación, que es en temor. El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas; Sino el hombre del corazón que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas á sus maridos: Como Sara obedecía á Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras sois hechas hijas, haciendo bien, y no sois espantadas de ningún pavor‖ (1ª Pedro 3:1-6).

LA MUJER NECIA
Cuando Eva estaba en el huerto, ella vio que el árbol prohibido era ―bueno para adquirir sabiduría‖. Pero esa sabiduría no es la que desciende de lo alto, mas bien esa sabiduría es la que hace que se manifieste la necedad, porque es producto de la desobediencia. Al contrario la sabiduría que proviene de Dios se hace manifiesta en lo que hemos leído ―practican sus mandamientos‖.
La necedad comienza por la falta de Dios en la vida y la falta de temor. La única manera de dejar de ser ―necios‖ es buscando a Dios en todo tiempo. La Biblia nos dice en Proverbios 9:6: ―Abandonad la necedad y viviréis, y andad por el camino del entendimiento‖ (LBLA). La necedad se hace patente en la conducta, en las obras de las manos y en las palabras.


Existen en la Biblia algunos casos de mujeres que actuaron con necedad destruyendo así sus casas y sus hogares. Dos historias vienen a la mente. Tenemos particularmente el caso de Jezabel, la mujer de Acab que siendo de influencia negativa a su esposo logró que este se apartara de Dios y terminara su vida con una muerte vergonzosa siendo su sangre lamida por los perros. Jezabel incitó a Acab para que quitara la viña a Nabot y terminó matándole porque el no quiso venderla. Dios pagó su maldad haciendo que los perros lamieran su sangre en el mismo lugar donde murió Nabot. Jezabel también tuvo un fin similar. Los perros comieron sus carnes hasta dejar solamente los huesos. El fin del necio es muerte y destrucción.
Otra mujer ―necia‖ en la Biblia fue Dalila. Es interesante que ante los paganos esta mujer era una que tenía gran ―sabiduría‖ pero en realidad era una mujer necia. Ella estuvo casada con uno de los jueces mas grandes que tuvo el pueblo de Israel. Un hombre lleno del Espíritu de Dios levantado para defender su pueblo, sin embargo, esta mujer procuró la destrucción de Sansón. Le engañó, logrando que sus ojos fuesen sacados y así murió Sansón, ciego. La historia pudo haber sido otra pero la necedad de Dalila la ha dejado en la historia como una mujer mala que traicionó a su marido.



ESPOSAS ATRACTIVAS
Mientras estaba leyendo el periódico, Guillermo llegó a un artículo sobre una bella actriz que se casó con un boxeador conocido por su falta de inteligencia.
"Nunca entenderé", dijo Guillermo a su esposa, "como es que los hombres más tontos siempre atrapan a las esposas más atractivas".
Su esposa contesta, "¡Gracias, mi amor!"







martes, 11 de octubre de 2011

Las Fiestas Eternas de Dios





De Nuestros Archivos



“Habla a los hijos de Israel y diles: Las solemnidades de
YHVH, las cuales proclamaréis Santas Convocaciones,
estas serán MIS Solemnidades”… (Levítico 23:2).
INTRODUCCION
A diferencia de lo que las teologías romana y cristiana
evangélica piensan sobre las Fiestas Bíblicas, no hay duda que éstas
tienen un génesis innegable: el corazón de Dios.
Las Fiestas Solemnes forman parte de la Alianza Eterna con el
pueblo hebreo. El Eterno nunca pactó con otra nación que no fuese la
simiente de Abraham. La Sagrada Escritura nos informa que la Alianza
hecha por medio del israelita Moisés es inalterable. Dios promete a
Israel la vigencia de Su Pacto y de todas Sus promesas fundadas ahí
(Isaías 55:3, Éxodo 19:5).
La expresión «Fiesta», sin importar el tipo de evento, siempre será
entendido como un momento especial que denotará gozo, exaltación,
colorido, belleza, etc.
Cuando Dios ordena Sus Fiestas y las calendariza, está clara la idea
que Él quiere que Sus hijos se alleguen a Su presencia con alegría y
dones voluntarios. Son fechas festivas de Dios y para Dios. Incluso,
hasta en los lugares inimaginables, si se tiene fe en Él, nunca habrá
obstáculos para adorarle. Nos dice Éxodo 5:1:
“…El Dios de Israel dice así: deja ir a Mi pueblo a
celebrarme Fiesta en el desierto…”
Nuestra historia comienza con una breve reflexión acerca del mundo y
su estado espiritual: una amplia dimensión arenosa y hostil. El
pecado, sumergido, paciente aguarda bajo el ígneo follaje.
Entre incontables sendas donde los basiliscos se ocultan tras la peña,
solo hay una vereda segura hacia la tierra prometida y es tomado de la
mano de Moisés (Moshé). A pesar de tal condición, la Ley del Eterno
dulcifica el ríspido y cotidiano andar de la vida haciendo pisar
confiadamente a los de perfecto Camino, hollando las fronteras
sofocantes de la arenosa superficie mundanal.
Las Fiestas Eternas de Dios


De esta forma, el moderno pueblo de Dios celebra Fiestas en este
desierto; ningún mundo inhóspito evitará que el Eterno reciba la honra
que merece. No obstante los escorpiones que lanzan sus ponzoñas a
aquellos del Camino, perseveramos en marcha alegre, no temiendo,
mas sosteniéndonos como viendo al Invisible.
Desde los tiempos antiguos, el Santo y Bendito Dios nos entregó Sus
memoriales a fin de que tengamos siempre en mente Su gracia
salvadora e inefable amor. Y al mismo tiempo, por medio de éstos nos
enseña a adorarle y amarle. Las Solemnes Fiestas: Pascua,
Pentecostés y Cabañas (en hebreo Pésaj, Shavuot y Sucot), fueron
promulgadas por el Eterno como Sus Tiempos sagrados. También
incluyó las Festividades dentro de Su Plan redentor, por lo que será
justo que al referirnos a ellas debamos hacerlo con el debido respeto
y conforme al sacro nombre que originalmente les fue otorgado. ¿Sabe
usted cómo las llamó el Señor? Él les dice: “Mis Solemnidades”,
“Santas Convocaciones”, esto significa: Tiempos o momentos muy
Sagrados, (en hebreo Semán Matán Toratenu).
Algunos escritores cristianos suelen calificar las sacrosantas
Celebraciones como simples “festivales de Moisés”, “fiestas
agropecuarias”, “fiestas sacerdotales” ó “fiestas del antiguo Pacto”.
Ciertamente, las Fiestas Santas son relativamente añejas, pero
muchos ignoran que ellas aún preservan palpitantes el perenne
Espíritu que las engendró. No existen razones para llamar a las
Festividades bajo rústicos términos, ni tampoco la Sagrada Escritura
las presenta así. Igualmente, es verdad que las Santas Fiestas
poseen un cierto sentido agrícola/sacerdotal, -más no es su
característica única-, y obviamente también se encuentran
establecidas en la Alianza antigua del Sinaí. Sin embargo, cuando los
escritores cristianos evocan las Fiestas Bíblicas con tan descorteses
expresiones haciendo énfasis una y otra vez en el carácter de las
Fiestas como un todo exclusivo del oficio levita, nos queda claro que a
través de ese adulterino malabarismo Bíblico, su mayor objetivo es
degradar la condición Eterna de las Fiestas, para luego
–estratégicamente- negar su vigencia. Esta sofisticada e indecente
maniobra, no debe resultarnos extraña, porque a través de los siglos
los enemigos de Israel han proclamado ideas muy opuestas a las
Leyes del Cielo.
Debido a que los poco amables títulos: “fiestas de leví”, “fiestas
agropecuarias”, fiestas del «sistema antiguo», no reflejan el carácter,
ni Majestuosidad, ni gloria de su Autor Único que es Dios, por respeto
a esa Gran Autoridad Celestial, podrá el lector advertir que en el
documento “Las Fiestas Eternas de Dios”, dichas terminologías no

serán empleadas bajo ninguna circunstancia, en cambio siempre nos
serviremos de las expresiones más sublimes y excelsas. El lector se
familiarizará poco a poco con ellas, en la medida que se vaya
descendiendo bajo el follaje exegético de estas páginas.
Los Santos Festivales y la fiesta semanal del Reposo, han venido a
considerarse la “señal” de Dios para con Su pueblo elegido. Por ello
el Eterno las estableció como días de descanso obligatorio de forma
permanente (Levítico 23:24, 35; Ezequiel 20:12).
Cuando se aproximan los “Días Festivos”, hasta el más apartado de la
congregación es atraído de forma irresistible a tan hermosas
Celebraciones. Debe saber, el lector, que el hombre que celebra las
Fiestas Santas, no sólo vive en la dimensión histórica que se sucede,
también reconoce otra: la dimensión de los «Tiempos Sagrados» que
por su sabor dulce y glorioso, subsiste y permanece a través de las
edades. El Dios de Israel -Bendito Sea-, solo Él puede hacer Santa
alguna cosa y Él ha vestido de pureza cada una de Sus Ceremonias
colocándolas por encima de cualquier celebración inventada por el
hombre.
La historia Bíblica nos dice que aproximadamente en el año 5, 4 a.
E.C., vino al mundo un israelita mayor que Moisés, un Ser superior a
los ángeles: el Mesías Judío-Nazareno Jesús. Por conducto de él las
Leyes del Pacto tuvieron continuidad. Jesús (Yeshu), no fue un judío
común, fue el mejor de los judíos, un extraordinario observante de la
Torah. Como buen Hijo del Altísimo, él llevaba los mandamientos en
su mente y alma (Deuteronomio 6:6) y enseñó a sus discípulos a
profundizar en su recta interpretación. Es evidente que el Nazareno no
solo guardó las Fiestas de Dios, sino que las amó y se alegró
vehementemente en ellas.
¿Qué importancia tienen hoy las Festividades para los hijos de Dios?
Leamos un pequeño dato de lo que el Judaísmo Tradicional enseña
acerca de la Celebración de las Cabañas (ó Sucot):
“Nuestros sabios llamaron a la Fiesta del Sucot «Fiesta de
nuestra alegría». Enfatizando que la alegría es nuestra al
reencontrarnos con nosotros mismos. Por otro lado, esta
alegría es especial… Esta clase de alegría es particular al
pueblo de Israel y no se asemeja a la alegría de los otros
pueblos. Nuestra alegría consiste en cumplir la voluntad
de Dios… Cuando sentimos que nos falta algo, estamos
descontentos, tal vez Sucot es el momento de la alegría
porque es ahí donde nos sentimos completos… El que se
sienta en la Sucá (Cabaña), está bajo la sombra de la
Emuná (fe), y nadie le puede hacer daño porque Dios está
expandiendo sus alas sobre él como una madre protege a
sus hijos”.
La utilidad de este texto, es para mostrarnos el panorama de júbilo que
ha imperado desde siempre en esta hermosa Fiesta. ¿Conocía Jesús
lo que enseñan las letras judías de la Tradición sobre la Fiesta de las
Cabañas? ¿Se deleitaba el Mesías de Israel en ella? ¿Ó le resultaba
gravosa? Indudablemente, para Jesús como observante judío, la
Fiesta de Sucot también era «la Fiesta de nuestra alegría»
(Deuteronomio 16:13-15), y su máxima alegría era cumplir la voluntad
de Dios (Mateo 6:10, 7:21). Este sentir había en el Maestro cuando
subía al Gran Templo y cantaba el himno/Hallel (Salmo. 113-118),
para adorar a su Padre en los días de Fiesta.
Es necesario llegar hasta el corazón mismo de las Festividades,
conocer su contexto, entenderlas mejor para apreciar su belleza, para
extraer las cátedras de justicia y moralidad que de ahí derivan, porque
éstas son parte del sustento del alma judía. Judíos como Jesús,
estaban totalmente impregnados de la enseñanza que encerraba
cada Fecha Solemne, así como cada precepto de la Santa Torah.
En una ocasión le preguntaron a Jesús, cuál era el Mandamiento
grande de la Ley de Moisés, a lo que respondió:
“ …Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, de toda tu
alma, de toda tu mente y de todas tus fuerzas… Y el
segundo es semejante a este: amarás a tu prójimo como a
ti mismo…” (Marcos 12:30-31).
¿Por qué él considera “grandes” estos Mandamientos? Sin duda, por
los componentes principales que contienen: moral, ética, justicia,
gracia, honestidad, amor, misericordia, fe, etc. Por ello es que al llegar
las Fechas Solemnes, todos los hijos de Dios nos nutrimos de estas
bondades espirituales.
Cuando hablamos de las Sagradas Fiestas, no podemos sino decir
que estos son los “Tiempos Sagrados” que el Eterno fijó para que
entrásemos en comunión con Él. Jesús honró a su Padre durante los
«Días festivos» por lo que, quien estime ser un verdadero discípulo del
Mesías está exigido a imitarlo al grado de parecerse cada día más a él,
-pues todo alumno no hace sino lo que aprende del maestro-. ¿Qué
nos enseña el Maestro de Nazaret en sus hermosas cátedras? Nos
exhorta a respetar la Alianza Eterna, la cual -como señalamos antescontienen
invaluables elementos morales. La Escritura la define bajo
estos términos:

“…Y dísteles juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos
y mandamientos buenos…” (Nehemías. 9:13).
¿También nuestros lectores consideran a Jesús como su Señor, guía y
Maestro? Rogamos al Cielo que así sea y se dejen tocar por sus
excepcionales Palabras.
En la actualidad escuchamos argumentos untados de tanta maldad
como el que “las Fiestas Bíblicas fueron abolidas por Jesús”. Tal
proclamación, además de ignorante resulta hasta enfermiza. No
obstante, al pronunciarse así, se está diciendo precisamente lo
contrario a lo que el Redentor dijo:
“…No piensen que vine a abrogar la Ley o los profetas, no
he venido para abrogar sino a cumplir”.
¿Por qué Jesús defendió la Torah de Dios? ¿Por qué la exaltó? Porque
la amaba. Es esencial recordar que el “mundo” de Jesús no fue la
doctrina cristiana, su mundo era el Templo de Jerusalem, la sinagoga y
la Ley del Cielo (ó Torah de Moisés). Todo lo que él enseñó estuvo
vinculado siempre con la obediencia a Dios y el fiel cumplimiento de Su
voluntad (Mateo 7:21). Nadie amaba –y nadie amó tanto- la Ley
Mosaica como lo hizo Jesús. Es un hecho comprobable que las leyes
de Dios fueron magnificadas por medio de los labios de este Santo
varón, y nunca canceladas como algunos maliciosamente enseñan.
¿Forman las Fiestas parte esencial de la Alianza ó Torah? ¿Cuántos
religiosos “seguidores” de Jesús la defienden hoy en día? ¿Es cierto
que fue temporal la Ley? El testimonio visual del arco iris, es una
demostración inobjetable de que ninguno de los Pactos del Cielo
pueden ser abolidos. ¿Ha notado cuán hermoso es el arco? ¿Le
recuerda algo? ¿Qué nos enseña? Que el Pacto ó Alianza de Dios con
el hombre permanece para siempre (Génesis 9:11-17).
El autor de estas líneas humildemente confiesa amar también las
Leyes del Padre: el Shabat, las leyes alimentarias, las leyes de la
purificación, las humanitarias, etc. También por supuesto, ama las
Solemnes Festividades. Nos preguntamos: ¿debemos hablar en
defensa de las Fiestas? ¿Ó en contra? La respuesta es: Se tiene que
defender aquello que se ama.
Presentados estos antecedentes, en seguida abordaremos los
objetivos de nuestro tema: estudiaremos el Fundamento Bíblico de las
Fiestas Santas, pero examinaremos al mismo tiempo la teología de
movimientos religiosos que se oponen a dichas Celebraciones. Para
fines prácticos, nombraremos estos grupos aquí como movimientos
“Anti-fiestas” ó «Anti-nomianos», (en contra de las Santas Leyes).
¿Quiénes son? Iglesias sabatarias que rechazan el Mandamiento
eterno de las gloriosas Fiestas por ser de raíz judía, pero que
sospechosamente abrazan preceptos de raíz judía, como el diezmo,
entre otros.
Durante las últimas cuatro décadas, uno de estos grupos ha invertido
vanamente su tiempo en desacreditar a movimientos “Pro-Fiestas”ó
«Pro-nomianos», (en favor de las Fiestas), afirmando entre muchas
cosas, que quienes celebramos tales Festividades hemos caído en
una especie de maldición. Sobre esto haremos un breve análisis al
final del tema. Para comprender mejor este tratado, hemos de partir
de este importante principio: Jesús y sus discípulos fueron judíos,
vivieron como judíos y jamás se apartaron de las Leyes judías.
Un esencial punto sobre el cual también haremos análisis, es lo
relativo al decreto de la “Iglesia de Dios 7º día” y su Concilio de
Veracruz, Mex., del año 1962. ¿De qué trata? En pocas palabras
señalaremos que en dicho concilio, las Fiestas de Dios fueron
declaradas como suspendidas. Dice así la minuta de aquel año:
…“Después de haber estudiado lo suficiente sobre las Fiestas,
Pascua, Pentecostés y Cabañas, la mayoría de los componentes del
Concilio ministerial presentando sus bases Bíblicas determinó: SE
SUSPENDAN DICHAS FIESTAS EN SU CELEBRACIÓN”1.
Por ello, cuando en este escrito cuando hagamos mención del grupo
“Antifiestas” (ó Antinomianos), casi siempre será en referencia al grupo
que alabó tan impuro dictamen.
El documento Apologético titulado “Las Fiestas Eternas de Dios”,
que tiene usted en sus manos busca analizar de forma congruente los
argumentos de los “Antifiestas del 7º día” a la luz de la Biblia. No con
la Biblia “cristiana”, (pues ésta no existe), sino con la única Biblia que
conocemos, la que escribieron hebreos como Moisés, Daniel, Isaías,
Mateo, Pablo, etc., porque ninguno de ellos fue un escritor “cristiano”.
Meditemos antes de avanzar, en las siguientes interrogantes:
¿Reconoce la Iglesia 7º día la Palabra de Dios (completa) como
Autoridad de su sistema teológico? ¿Piensa usted que puede un verso
de la Biblia judía contradecir o anular otro texto de la misma Escritura?
¿Cree que puede Dios enseñar justicia y ética en un pasaje de la
Escritura y en otro verso derogar esa misma instrucción
contradiciéndose? ¿Puede el Eterno ordenar Sus Santas Festividades

~ 11 ~
por medio de un profeta (Moisés), y posteriormente a través de otro (el
Mayor de todos, Jesús), anularlas? En Juan 10:34-35, Jesús aseveró:
“… la Escritura NO puede ser quebrantada”… ¿A cuál Escritura
se refiere? A la que él conocía y amó: la Torah de Moisés. ¿Tiene
hombre alguno, autoridad para suspender las Leyes divinas? Jesús
tenía amplias facultades y nunca lo hizo.
El apóstol judío Santiago enseña en su carta:
“…Porque cualquiera que hubiere guardado toda la Torah
(Ley) y OFENDIERE en un punto, es hecho culpable de
todos [los mandamientos]…”
El grupo «Anti-fiestas», se presume observante de las Leyes de Dios;
sin embargo, en su Concilio cancelaron tres mandamientos acerca de
las Festividades. ¿Anular tres preceptos, no significa esto violar toda la
Ley divina? ¿No ofende a Dios este miserable acto? ¿Cómo los
considera el Apóstol? Como violadores de toda la Torah. ¿Qué
manifiesta la ética de Santiago? Que debemos obedecer la Biblia
entera, no solo partecitas. ¿Está respaldando Santiago la continuidad
de todo el AT para los creyentes del NT? Sí ¿Pueden los ministros
«Anti-nomianos», después de hacer menosprecio a las Solemnidades,
rezar como David… “Cuánto amo yo tu Ley”…? ¿Aman la Torah de
Dios los gentiles-cristianos del “7º día”? ¿Cómo poderse deshacer de
algo que se ama? Es notorio que la iglesia del 7º día no amaba las
Fiestas de Dios, debido a ello se les dio “carpetazo” en aquella
Asamblea.
Seguramente no faltará algún ministro cristiano Antifiestas que se
apunte a refutar nuestro documento –y estará en su derecho-;
empero dudo que lo hagan exitosamente, pero antes de hacerlo, invito
a cada lector a que pacientemente estudie por cuenta propia y punto
por punto, en todas las fuentes posibles el origen y significado de cada
Fiesta Solemne. Cuando ya tenga avanzado algo, seguro notará que
nuestros Festivales Bíblicos no eran lo que sus pastores gentiles le
habían enseñado. Ahora que si decide no indagar y opta por un
alegato infructuoso, queda advertido que tendrá que «ceñir bien sus
lomos» y enfrentar directamente al gran defensor de la Torah judía, el
Nazareno Jesús, partiendo de esta enseñanza: “…No piensen que
vine a abrogar la Ley o los profetas, no vine a abrogar, sino a
cumplir…” (Mateo 5:17).
Luego deberá seguir con éstas:
“…Os digo que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni
una jota, ni un tilde perecerá de la Ley [de Moisés]…”


Un verdadero discípulo de Jesús no tiene porqué invalidar una Ley que
el Creador eternizó y que el mismo Jesús recomendó. La entrega de la
Ley al hombre fue un Pacto unilateral, Él dijo y se hará. Dios no le
preguntó a ningún hombre si deseábamos Sus Leyes, tampoco va a
preguntar si no las queremos más. La Sabiduría del Cielo subraya: “Ni
una jota, ni un tilde perecerá de la Ley”… Ni siquiera el punto de
una «i», los cristianos deben desdeñar. Pregunto al amable lector,
¿«Ya perecieron el cielo y la tierra» Mateo 5:18? Atreverse a
borronear el acento de una «i», será de consecuencias más que
graves.
¿Se equivocó el movimiento del 7º día al derogar la orden divina de las
Fiestas? ¿Equivocarse? ¡No! Podemos asegurar que quienes
actualmente pertenecen a tal movimiento (año 2009), sí están
totalmente errados, pues no hacen sino entonar una y otra vez aquella
tonadilla rancia de hace poco más de cuatro décadas. Los Antifiestas
del Concilio de 1962, no estaban equivocados, estaban torciendo la
verdad deliberadamente, estaban mintiendo de forma sistemática y
calculada. Esto será demostrado fácilmente a lo largo de este
documento.
No obstante tan grave falta, sin duda, habrá entre ellos hoy gente
estudiosa que ame las Verdades de Dios. En este escrito, los lectores
solo tendrán un pequeño panorama de lo que pueden encontrar si se
deciden investigar por su cuenta con una mente abierta y un corazón
humilde. Deseamos en el Dios de Israel, que el contenido de estas
páginas pueda captar la atención de Obreros, mujeres, jóvenes y
adultos de buena voluntad, y se pongan en las manos del Eterno para
que les conduzca en esta importante tarea. Confiamos que al
propiciar tal investigación, en muy pocos días el cristiano del «7º día»
tendrá pruebas concluyentes de la absoluta vigencia de las Fiestas
Santas, y entonces se ajuste a lo siguiente:
“Cualquiera que oye estas palabras y las hace, le compararé a un
hombre prudente que edificó su casa sobre la peña. Y descendió lluvia,
vinieron ríos, soplaron vientos que combatieron aquella casa, pero no
cayó porque estaba fundada sobre la peña” (Mateo 7:24-25).
¿Desean nuestros lectores poner su salvación en las arenas
movedizas de la teología Antifiestas? ¿No será mejor colocar los
fundamentos de su fe sobre la Roca sólida de la Perpetua Ley de
Dios? ¿Son Santas ó impías las Fiestas Solemnes? Si son Santas,
significa que proceden de Dios, entonces debemos amarlas.









7 COSAS ABORRECE JEHOVA





Versos para reflexionar
Cuando uno dice, "yo creo en Dios", "Si Dios quiere", "Dios te bendiga", o frases como estas, debería hacerse la siguiente pregunta, ¿Qué es lo que a ese Dios, que mencionamos con tanta facilidad, le gusta o no le gusta?, claro que la respuesta inmediata es la siguiente "LE GUSTA QUE NOSOTROS SEAMOS HIJOS OBEDIENTES A SU PALABRA", o ¿qué religión no cree esto? si no, no sería una religión, sino alguna otra organización no religiosa. Es decir, cualquiera que sea nuestra afinidad religiosa, es invariable que pensemos que Dios no nos quiere solo para tenernos de adorno, sino para que obremos como el nos manda que seamos.
Conocer al Dios que mencionamos con tanta facilidad (al despedirnos, al vernos, al encaminar a nuestros hijos hermanos, amigos, etc., en sus camino), quien tiene siete cosas que aborrece, la reflexión sería esta, ver esas siete cosas, y reflexionar si nosotros somos o estamos incluidos dentro de alguna de estas siete cosas, no para solo saberlo sino para actuar, para salir airosos de cualquier castigo que este Dios tenga preparado para los que el aborrece.
Dice en Proverbios:

Pro 6:12 El hombre malo, el hombre depravado, Anda en perversidad de boca; 
Pro 6:13 Guiña de sus ojos, habla con sus pies, Indica con sus dedos; 
Pro 6:14 Perversidades hay en su corazón, anda pensando mal en todo tiempo; Enciende rencillas. 
Pro 6:15 Por tanto su calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio. 
Pro 6:16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: 
Pro 6:17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, 
Pro 6:18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, 
Pro 6:19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos.







Siete cosas (7):

1.- Los ojos altivos
2.- La lengua mentirosa
3.- Las manos derramadoras de sangre inocente
4.- El corazón que maquina pensamientos inicuos
5.- Los pies presurosos para correr al mal
6.- El testigo falso que habla mentiras
7.- El que enciende rencillas entre los hermanos


Escojamos en un autoanálisis, a cual grupo corresponden nuestra acciones, ojos altivos, muchos entramos en este grupo, lengua mentirosa, mmm pocos se libran de este, pero solo porque la inmensa mayoría, practicamos mucho la mentira y los pocos caen ocasionalmente en ella, tal vez en el de las manos derramadoras de sangre inocente, nos salvemos si solo contamos a los muertos físicamente, pero si contamos a los muertos espiritualmente, por nuestra boca que muchas veces no se detiene para ofender a los demás más en horas de enojo y que tal en el grupo de corazón que maquina pensamientos inicuos, si no mal recuerdo, inicuo, es algo feo, grosero, lleno de maldad, y cuantos más nos ansia probar lo prohibido, corremos sin medida para hacer el mal, aunque creamos que lo que hacemos está bien a nuestros ojos, dista mucho de lo que Dios piensa de nosotros, cuantas veces nos justificamos a nosotros mismos con que , "si aquel hace esto, porque yo no", y vamos en pos de lo que hacen los demás, sin analizar si es correcto o como Dios manda que debe practicarse. Dice un proverbio regional mexicano: "A dónde va Vicente, a donde va toda la gente" y para este proverbio hay uno que nos previene también: "Si el vecino cae al pozo, lo dejas ahí, o te vas con él", tal vez sea más fácil dejarlo, pero el dejarlo nos hace caer en un poso también a nosotros, pues, al no creernos "guardianes de nuestros hermanos", estaríamos actuando como Caín, que habiendo matado a su hermano, Dios le pregunta "¿Dónde está tu hermano?" a lo que contesta: "¿Acaso soy guardia de mi hermano?". Cuando los pies nos hacen correr a practicar algo que no es conforme a lo que Dios manda, debemos preguntarnos ¿Que haría el Señor Jesús cuando los fariseos le incitaban a juntarse con ellos dejando a los publicanos, pecadores y rameras? ¿Se Juntó con ellos?, NO, ¿se unió en sus desobediencias a los enfermos espiritualmente? NO, ¿los ignoro a ambos y busco a unos mejores que ambos grupos? NO, ¿qué hizo? MURIO POR LOS PECADOS DE LOS DOS GRUPOS y aun por tus pecados y los míos.








Cuando un hombre es acusado con mentiras y surgen testigos falsos, los que usan estos testigos falsos y los mismos falsos testigos, son considerados aborrecibles para Dios, pero si la acusación es verdadera entonces no es un testigo falso. Lamentablemente para acusar a un inocente, solo se necesitan, 1 testigos falsos y una autoridad que se deja o quiere ser engañada para condenar a un inocente. ¿Quiénes de nosotros somos inocentes? buena pregunta, habrá que reflexionarla. Por último el que enciende rencillas entre los hermanos, Aunque habla de hermanos, refiriéndose a una familia, sea esta física o espiritual, debemos preguntarnos, ¿acaso no somos hijos de un mismo padre? ¿Entonces, porque tantas y tantas religiones?, el que enciende rencillas entre los hermanos, es un ser aborrecible, al igual que los otros 6 grupos, si somos hijos de Dios o por lo menos, pretendemos serlo, en que grupo estamos, o estábamos, pues, una vez conocido a Dios, no hay excusa para pertenecer a alguno de estos grupos, ¿podemos pretender seguir en alguno de estos grupos?, creo que los que mencionan el nombre de Dios, o que dicen ser hijos de Dios, sea cual sea su afinidad religiosa, dentro del ámbito cristiano, Judío o del Islam, no deben pertenecer a ninguno de estos 7 grupos, y si aún estamos en alguno de ellos, habrá que reflexionar. Las guerras entre hombres supuestamente religiosos, no es otra cosa, que los pies presurosos al mal, o rencilla entre hermanos, o falso testigo, u ojos altivos, o alguno otro de los grupos.

Dios bendiga al que leyendo esto y razonándolo, pone atención para aprender.




miércoles, 21 de septiembre de 2011

Paciencia


                                 

Un hombre y una mujer estuvieron casados por más de 60 años. Ellos habían compartido todo, hablaban de todo y no se habían guardado ningún secreto nunca. Lo único que no compartían era, que la viejita tenía en su closet una caja de zapatos y le había pedido a su esposo que nunca la abriera y que no le preguntara sobre ella.
Durante todos estos años, él nunca pensó en la caja, pero un día la Viejita se enfermo mucho y el Doctor les dijo que ya no se recuperaría de su enfermedad.El viejito tratando de arreglar todas las cosas de la viejita antes de que muriera, se topo con la caja de zapatos y se la llevo a la viejita a su cama. Ella le dijo que ya era tiempo que supiera lo que había adentro,  Cuando la abrió encontró  dos muñecas de Crochet y una pila de dinero, eran 95,000 dólares. Él sorprendido  le pregunto sobre el contenido de la caja y ella le dijo  “Cuando nos casamos, mi abuela me dijo que el secreto de un buen matrimonio era nunca  discutir, me dijo que cada vez que me enojara contigo, yo debería Guardar silencio y tejer una muñequita de Crochet”.  El viejito se tuvo que contener para no derramar unas lágrimas, ya que solo había dos muñecas en la caja. Así que ella solo se había enojado con Él dos veces, en todos  esos años llenos de amor y entendimiento. El estaba que no se lo creía y sumamente  conmovido. “ Oye amor” le dijo el viejito ya entendí lo de las muñecas….. “pero ¿el dinero?, ¿de dónde salió?” Ah le dijo la viejita, “ese dinero es lo que gane de todas las muñecas que vendí durante todos estos años”  Y  la plegaria que me enseño y que debería repetir la esposa es: DIOS te pido SABIDURIA para entender a mi hombre, AMOR para perdonarlo, y PASIENCIA por sus estados de ánimos cambiantes, porque si te pido que me des FUERZA seguro lo mato a trancazos ya que no sé tejer muñequitas de Croché.


Por lo tanto hermanos amémonos  de corazón teniendo Paciencia, tolerancia  Humildad Sencillez de amar a nuestros semejantes aunque estos tengan muy deteriorados sus caracteres si  El ETERNO nos amo tanto que dio a su hijo, cuanto más nosotros que fuimos llamados desde el vientre de nuestra madre para oír, esta Hermosa y Bendita palabra de amor y ser llamados también hijos de Dios

martes, 13 de septiembre de 2011

Jesús y la ley de Moisés (La ley de Moisés es la ley de Dios)


“En la silla de Moshé se sientan los perushim (escribas) y soferim.
Todo cuanto Moshé ha dicho, guardadlo y hacedlo, pero las
interpretaciones que ellos hacen de esos mandamientos no los
sigáis…” (Mateo 23:2, 3. NT. Hebreo español).
Previamente establecimos, que cuando Jesús cita la ley de Dios la
llama de acuerdo a su nombre oficial… “Ley de Moisés”. ¿Qué nos
enseña nuestro Salvador acerca de ella? El divino Maestro había
dicho a la gente y a sus discípulos (Mateo 23:2, 3) que debían
guardar la ley mosaica, pero no a la manera en que lo hacían los
fariseos, es decir, siguiendo interpretaciones humanas. Veamos una
enseñanza de nuestro Señor que es de vital importancia:
“17¡Ni os pase por la mente la idea que he venido a declarar abrogada
la Torah o a los profetas! No he venido a abrogar, sino a mostraros
cómo interpretarla correctamente. 18Porque de cierto os digo, hasta
que pasen el cielo y la tierra, ni una Yiod, ni un adorno de una letra
sagrada, pasará de la Torah hasta que todo lo dicho en ella haya sido
totalmente enseñado y alcanzado su intención original. 19Por tanto,
quien quiera que a propósito desobedezca uno solo de los
mandamientos de la Torah, que le sea aplicable, aún tratándose de los
“pequeños” y cause así que los hombres también le desobedezcan,
muy pequeño será al reino de los cielos. Más cualquiera que los
obedezca y enseñe a los hombres cómo obedecerlos, muy grande será
llamado en el reino de los cielos”
¿Podríamos pensar que nuestro Señor estaba protegiendo
exclusivamente la ley del sábado y los Diez mandamientos? NO.
Jesús esta poniendo un «blindaje» alrededor de toda la ley de su
pueblo. Compare ahora aquellas expresiones divinas del Salvador con
las de los líderes antifiestas actuales:
“Cristo quitó las fiestas solemnes y las puso en la cruz… Jesús vino a
quitarnos la cédula de las fiestas (Colosenses 2:14). Que el fin de las
fiestas es Cristo (Romanos 10:4)… Que las fiestas fueron nuestro
«ayo»… Que Cristo nos quitó el ayo (Gálatas 3:19, 24)… Los
apóstoles declararon anuladas las fiestas en el concilio de Jerusalem
(Hechos 15)… Que las fiestas eran una carga tan, tan difícil que ni el
judío podía llevar… Que los que guardan las fiestas están bajo
maldición”… etc.


Sin recato alguno, estos “maestros” religiosos afirman (aún en contra
de lo que precisó el Señor en Mateo 5) que Jesús eliminó la ley de
Moisés y las Fiestas solemnes. Pero le pido que observe nuevamente
tales argumentos. ¿Se percató ya que con esos mismos enunciados
defienden su credo los católicos y protestantes para no guardar el
shabat? Continuamos con la explicación de Mateo 5:17
Versículo 17: Aquí nos asegura el mismo Jesús que Él no vino a
abrogar nada de las leyes judías, sino a mostrarnos la recta
interpretación de la Torah. Cuando el Hijo de Dios llegó, entonces la ley
mosaica cobró su verdadero sentido. Pablo sostiene en sus cartas lo
que le reveló el Maestro: que en el cuerpo del Señor están expresados
los sacrificios y ritos del AT. Por lo que tales ritos siguen existiendo en
estado espiritual. El Señor Jesús solo movió la ley de un punto a otro,
pero nunca la destruyó. [Recordad el pan ázimo y la copa,
sustituyendo el cordero asado y las hierbas amargas de Pascua.]
Versículo 18: Habla de la perpetuidad de la ley… «Ni una yiod, ni un
tilde perecerá de la ley».
Versículo 19: Lea nuevamente el texto y se dará cuenta que en este
error están incurriendo los dirigentes antifiestas: …“Por tanto, quien
quiera que a propósito desobedezca uno solo de los mandamientos de
la Torah, que le sea aplicable, aún tratándose de los “pequeños” y
cause así que los hombres también le desobedezcan, muy pequeño
será llamado al reino de los cielos”...


Observación: Los antifiestas defienden la ley del sábado ante los
protestantes así: “El día solemne del sábado queda vigente, lo que
queda nulificado en la cruz son los sacrificios y ofrendas que se hacían
conforme al sacerdocio levítico, pero el sábado glorioso permanece
intacto. Así nosotros -la iglesia de Dios (Israelita)- cuando
defendemos las Solemnidades de Dios ante los antifiestas, les
devolvemos la misma explicación, pero es entonces cuando éstos
sufren de “sordera”… “No oigo, soy de palo”…dicen.


Vea lo valioso -o “perjudicial”- de la ley de Moisés. Luego poniendo la
mano en su corazón atrévase a afirmar, lector, que Jesús murió en el
madero por quitarnos la “carga” de estos principios:


La ley de Moisés enseña el amor al prójimo (Levítico 19:18).
La ley de Moisés promueve el temor a Dios (Deuteronomio 6:2, 13).
La ley de Moisés nos manda amar a YHWH (Deuteronomio 30:16, 20).
La ley de Moisés procura las bendiciones del Eterno (Deuteronomio
30:19).

La ley de Moisés prohíbe enseñar la doctrina falsa (Deuteronomio
18:22).
La ley de Moisés prohíbe torcer el derecho del prójimo (Éxodo 23:6).
La ley de Moisés prohíbe la adivinación: Deuteronomio 18:10-12).
La ley de Moisés promueve el buen trato al extranjero (Éxodo 23:9).
La ley de Moisés exige enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos
(Deuteronomio 6:1-7; 11:19).
La ley de Moisés enseña a amonestar al desobediente: Levítico 19:17;
Salmo 141:5).
La ley de Moisés prohíbe el agravio al prójimo en todas sus formas
(Deuteronomio 25:13-16, 36).
La ley de Moisés prohíbe al hombre vestir como mujer y viceversa
(Deuteronomio 22:5).
La ley de Moisés prohíbe los tatuajes (Deuteronomio 14:1, 2; Levítico
19:28).
La ley de Moisés prohíbe quitarle o ponerle palabras a la enseñanza de
Dios (Deuteronomio 4:2).
La ley de Moisés prohíbe la relación sexual del hombre con las bestias
(Éxodo 22:19; Levítico 18:23).
La ley de Moisés prohíbe el maltrato a la viuda y al huérfano (Éxodo
22:22-24).
La ley de Moisés enseña la reverencia al ancianito (Levítico 19:32).
La ley de Moisés prohíbe las relaciones sexuales entre parientes
cercanos y lejanos (Levítico 18:1-20).
La ley de Moisés prohíbe las relaciones homosexuales (Levítico
18:22).
La ley de Moisés prohíbe ser testigo falso (Éxodo 23:1).
La ley de Moisés prohíbe comer animales impuros (Levítico 11).
La ley de Moisés prohíbe comer sangre (Deuteronomio 12:16).


La lista sería interminable, así que por el momento solo le quise
mostrar estos pequeños ejemplos.)

¿Podría usted seguir insistiendo en que nuestro Señor murió para
quitarnos la “carga” tan pesada que causan en el alma del creyente
todos estos valores morales? ¿Favorecen nuestra vida espiritual estas
normas o las perjudican? Si el Redentor en verdad abolió estas leyes,
¿no piensa que esto solo contribuiría a generar más desorientación y
maldad en el mundo? Según Mateo 5:17, ¿a qué nos alienta el Señor
Jesús? R: A enseñar y guardar las leyes de Dios.
El apóstol Santiago, coincide con las instrucciones que él mismo
recibió del Maestro:
“10Pues cualquiera que observa toda la Torah, pero transgrede en un
punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No adulterarás, también dijo; No asesinarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero
asesinas, te has hecho transgresor de la Torah” (Santiago 2:10, 11).
Los pasajes implican lo siguiente: Si algún buen cristiano guarda el
sábado, diezma, observa la ley alimenticia, pero al mismo tiempo
rechaza las Fiestas solemnes viene a ser un TRANSGRESOR DE LA
LEY. Para la nación judía, eliminar solo una fracción de la Torah
significa tanto como quitarse trozos de piel, la cual no hace sino
proteger al cuerpo. Por lo tanto la ley es vida, Salomón ratifica esto así:
“Guarda mis mandamientos y vivirás, dice el Eterno” (Proverbios 7:2).
Por ello es que nuestro Señor en Mateo 5:17-19, mandó un mensaje
muy fuerte a los judíos incrédulos de su época que pensaban que Él
estaba invalidando la doctrina y leyes de Moisés. Empero, también, el
mismo mensaje lanza el Señor a todos los religiosos de nuestros días,
que ignorando el espíritu de la Torah creen igual. Imagínese usted
lector, si Jesús hubiera descalificado a Moisés, ¿no sería
desacreditarse a sí mismo, ya que Moisés escribió de él? (Lucas
24:27, 44-46; Hechos 3: 20-23).









Iglesia de Dios (Israelita)
 Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; efesios: 2:20




Jesús y la fiesta de las Cabañas


Ilustración: Debatiendo un líder sabático (de los antifiestas) con un
protestante sobre la vigencia del Sábado, decían:
“-No hay evidencias en el NT, para la guarda del Sábado (Decía el
anti-sabático)
- ¡Claro! En Lucas 4:16-17, se ve claramente que Jesús guardaba el
sábado.(Argumentaba el sabático)
-¡No es cierto! Jesús iba a las sinagogas a predicar el evangelio y no a
guardar del sábado. Así lo dice en el verso 18-21. Léale bien… «Y
Jesús se levantó a leer»… dice ahí.
-¡Qué locura! Cristo sí guardaba el sábado porque era parte de la ley.
Si Jesús no hubiera guardado el sábado entonces estaría pecando y él
nunca violó la ley”.
Termina la plática, pero ni uno ni otro se dejaron convencer. Mas el
sabatista se fue pensando: ¡Que locura! Cómo puede decir este
hombre que Jesús violó la ley y el sábado. Ésta sí que es una
blasfemia.
Hermano lector; le propuse este ejemplo, para que lo tenga como una
referencia y reflexione mejor sobre la cuartilla siguiente: El “Abogado
de la Biblia” (con fecha de Marzo-Abril de 1993), enseña lo siguiente
sobre Jesús y la fiesta de las Cabañas6 . Le presento algunas
porciones del texto de dicha revista:
“Algunas personas que apoyan la idea de la celebración de las fiestas
del Antiguo pacto, sostienen que Jesús subió a celebrar la fiesta de las
Cabañas… ¿Estuvo Jesús sujeto a aquella ley? ¿Subió Jesús a
aquella fiesta con sus ofrendas? ¿Llevó los animales que exigía la ley,
según Números 29:12-14? ¡NO! Nada de eso, él no subió al lugar en
donde los judíos estaban celebrando las Cabañas por cumplir con la
ley de Moisés…
¿Mostró Jesús sujeción a las leyes de Moisés? En Juan 8:3-10, Jesús
perdonó a la mujer adúltera, no obstante lo que decía la ley de Moisés
(de apedrearles). ¿Se puede decir que Jesús obedeció la ley de
Moisés? NO”…

Ahora sugiero a mi lector que compare este relato con la anécdota anterior. ¿Notó usted que los altos mandos de la doctrina anti fiestas,
emplean un método de argumentación totalmente falto de santidad?
¿Advirtió la “doble” moral con la actúan al defender su doctrina? Su
servidor no alcanza a comprender, cómo se puede tener por blasfemia
el que alguien diga que Jesús no guardó el sábado y después,
cómodamente abrace la idea de aquel protestante “blasfemo” para
aseverar sin temor que Jesús tampoco respetó la Fiesta de las
Cabañas. Luego, afirman ellos tajantemente que el Señor se opuso a
la observancia de la ley de Moisés. ¿No le parece lector, que declarar
que Jesús (única criatura justa y obediente de este mundo) dejó pasar
de largo una Fiesta solemne, es lo mismo que decir que Él pecó?
¿Está usted de acuerdo en que el Hijo de Dios cometió pecado? Para
un servidor, tal expresión sí que es una mega blasfemia. ¿Habrá Jesús
llevado las ofrendas que marca la ley para el día sábado y las que se
prescribía para la fiesta de Cabañas? “Más el día del sábado, dos
corderos de un año… y dos décimas de flor de harina amasada con
aceite, por presente con su libación” (Números 28:9). De antemano, en
la Iglesia de Dios (Israelita) creemos que el Señor Jesús, como el
mejor de los judíos, SÌ CUMPLIO con todas las leyes de su Padre
hasta en los detalles más mínimos, aunque los textos de la Escritura
omitan los pormenores de cómo el Señor acudía a las Celebraciones
solemnes. Jesús, es el modelo perfecto de obediencia y humildad para
el mundo entero (Gálatas 4:4). También enfatizan los antifiestas que el
Salvador invalidó la ley de Moisés al evitar que aquellos judíos
apedrearan a la mujer adúltera (Juan 8:7). Pero esta declaración
también es engañosa, porque nuestro Señor nunca se opuso al
cumplimiento de la ley mosaica. Él indicó a aquellos hombres: “El que
esté sin pecado ARROJE la primera piedra” Pero ninguno se atrevió a
lanzarla. ¿Por qué? Porque todos eran pecadores, y no solo aquella
mujer. Queda sentado que el Maestro dijo: “ARROJEN SU PIEDRA”,
es decir, que se cumpla la ley de Moisés, pero que empiece el de
corazón más puro, o sea… ninguno. ¿Advierte por qué esta norma
mosaica no es aplicable en nuestros días, así esté vigente? Porque,
por ejemplo: ¿quién de limpio corazón podría arrojar hoy una piedra
contra usted hermano? Nadie. Lo que hizo Jesús, fue instruir a la
gente sobre el verdadero significado de la bendita Torah, cuando al
herir las fibras más íntimas del corazón de aquellos injustos hombres
–los que iban a lanzar la piedra- les hizo entender que de igual manera
ellos merecían el mismo castigo por todos sus pecados ocultos. Esa
forma de razonar la Escritura no la entendieron aquellos fariseos y ni
tampoco lo entienden muchos líderes religiosos hoy. Vea un ejemplo
más y note que Jesús respetaba y enseñó a respetar la ley de Moisés:
“Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve,
muéstrate al sacerdote y ofrece el presente que mandó Moisés para testimonio a ellos” (Mateo 8:4).


¿Se percató ya que el Redentor jamás menospreció la ley mosaica?
Colocar entonces a Jesús como un judío que abrogó las leyes de
Moisés -tal como enseñan los líderes del 7º día- equivale a
considerarlo como un Mesías anti-judío y anti-Torah. Si la verdad
fuese como la pintan los del 7º día, Jesús el Nazareno NO SERÍA EL
VERDADERO MESIAS. Pero… ¿Sabe lector? Estas creencias
provienen del Cristianismo romano. ¡Sí! Es el catolicismo quien ha
enseñado generación tras generación, que Cristo vino a ponerle fin a
las leyes judías estableciendo como válida únicamente la doctrina
“Cristiana”, dejando excluida a la nación santa de Israel. Este Cristo
greco-romano, entonces NO es el verdadero Salvador del mundo.
Es una pena, que grupos sabáticos modernos que presumen ser la
“verdadera iglesia”, hayan terminado por seguirle el juego a las
interpretaciones del «romanismo», apartándose de las raíces hebreas
de la iglesia original. El Mesías de Israel, fue el mejor de los judíos; el
verdadero Mesías fue un hombre sujeto a los pactos y a las promesas;
el auténtico Mesías mostró en todo tiempo un profundo respeto a la
ley mosaica; El Mesías judío, es nuestra puerta de entrada hacia la
república del Israel de Dios. Éste es nuestro Señor y Mesías. ¿Desea
alguien aceptar este Mesías judío y abandonar el «Cristo»
greco-romano?
Su servidor quisiera en verdad comprender, cómo es que nuestros
antiguos hermanos (hoy antifiestas) llegaron a menospreciar las
hermosas Festividades de Dios. Pero mire, cómo tal actitud les fue
llevando poco a poco a pronunciar mayores falacias.
Enseñar a la gente que Jesús violó las festividades religiosas, es
vituperar al mismo Yeshúa (Jesús) y es lo mismo que menospreciar su
sacrificio. Tal comportamiento, ¿no cree usted que en lugar de
acercarlos al reino, los excluye de él? [Más sobre Jesús y la ley, en el
cap. X.]
Resumen breve de este capítulo
• Jesús observó todas las festividades del pueblo de Dios, sin
excepción.
• El movimiento antifiestas afirma rotundamente que Jesús no
guardó la Fiesta de las Cabañas, y que ni tampoco cumplió con
la ley de Moisés; sin embargo, nuestro Señor enseña totalmente
distinto a estos falsos maestros. ¿Usted a quién le cree? ¿Quién
tiene la verdad de Dios? R: Jesús y su iglesia tienen la verdad.
• Las Fiestas que guardó Jesús son judías. También la fe de los
creyentes originales era judía. Toda la enseñanza de la Escritura es 100 % judía.
IDI, Localidad de Mejicanos San Salvador; El Salvador; América Central


jueves, 8 de septiembre de 2011

¡Que hermoso en los montes los pies del mensajero, pregonero de la paz
mensajero de la dicha, pregonero de la Salvacion, que dice a Sion:" Reina tu Dios"
Isaias 52:7 version castilla

martes, 2 de agosto de 2011

PERSECUCIÓN





Fundada fuiste por el Mesías
Y por el catolicismo, perseguida
Más tú, no temblaste; En el Señor confiaste.
Al desierto huíste,
Y del dragón te escondiste,
Dos alas, te fueron dadas,
Y por la tierra fuiste ayudada.
La persecución parece haber terminado,
Desde ese día, hasta hoy, a Dios he alabado.
Sé que nuevamente el perseguidor,
Nos hará entrar en temor,
Pero firme siempre estaré,
Aunque escondido este, a DIOS serviré.
Aunque se procure mi muerte,
A Dios serviré fielmente,
Porque su ley será mi deleite.


Autor: Hno. joven Jonathan Alexander Arévalo Ramos
de la localidad Mejicanos, El Salvador.

viernes, 22 de julio de 2011

HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS


Jesús dijo: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21).

¿Por qué observamos el sábado de cada semana? ¿Por qué obedecemos la Ley de lo Limpio e Inmundo? ¿Por qué pagamos nuestros diezmos? ¿Por qué buscamos nuestra santificación? ¿Por qué nos bautizamos? Porque ésta es la voluntad de Dios.

También dijo nuestro Dios: "Tres veces en el año me celebraréis fiesta. La fiesta de los ázimos guardarás: Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib; porque en él saliste de Egipto: y ninguno comparecerá vacío delante de mí: También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores que hubieres sembrado en el campo; y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando habrás recogido tus labores del campo. Tres veces en el año parecerá todo varón tuyo delante del Señor Jehová" (Éxodo 23:14-17)(Esto mismo recomienda la Palabra de Dios en Éxodo 34:23; Deuteronomio 16:16; 2 Crónicas 8:13).

Estas tres fiestas fueron establecidas por Dios para ser celebradas por estatuto perpetuo, toda vez que no eran para el hombre sino para hacerle fiesta a nuestro Dios. Por esto mismo en Levítico 23:4-21, 38-44 se dice que éstas fiestas son las solemnidades de Jehová, y son por estatuto perpetuo.
Ciertamente, Dios anunció a los hijos de Israel que les iba a quitar sus fiesta, sus lunas nuevas, sus sábados y todas sus solemnidades, y les dijo: "Y tornaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en endechas..." "No me traigáis más vano presente:
el   perfume me es abominación: luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades. Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tienen aborrecidas mi alma: me son gravosas; cansado estoy de llevarlas" (Oseas 2:11; Amós 8:10; Isaías 1:13,14).
Según la Biblia Cronológica, el profeta Oseas profetizó en el año 785 a.C., esto es 179 años antes de la cautividad, la cual tuvo lugar en el año 606 a.C. También encontramos que el profeta Amós profetizó en el año 787, es decir 181 años antes de la cautividad; y el profeta Isaías ejerció su actividad profética en el año 760 a.C., 154 años antes de que Nabucodonosor llevara al pueblo de Judá cautivo a Babilonia, donde estuvieron 70 años como esclavos. Fue precisamente en ese tiempo que se cumplió lo que dijeron estos profetas. Al regresar de la cautividad de Babilonia en el año 536 a.C., los judíos volvieron a celebrar las Festividades de Jehová y el sábado, y desde esa fecha hasta hoy, no se han interrumpido, tanto que Jesucristo las guardó, sus discípulos de raza judía y los cristianos convertidos al Evangelio (Esdras 3:1-6; Gálatas 4:4; Lucas 2:41; Juan 7:1-37; Hechos 2:1-4, 18:21, 20:16; 1 Corintios 5:7,8).

JESUS NO QUITÓ LAS LEYES DE MOISÉS NI LAS FIESTAS
Cuando algunos hermanos de Judea llegaron a la Iglesia que estaba en Antioquía, formada por gentiles que habían aceptado el Evangelio, les intimaron a que se circuncidaran y guardaran las leyes de Moisés. Esto motivó que se verificara el Concilio de Jerusalem, en el año 51 d.C. En éste Concilio se levantaron unos hermanos de los Fariseos que habían creído (en Cristo), insistiendo en que los gentiles debían circuncidarse y guardar las leyes de Moisés. Después de una grande deliberación, se llegó a la conclusión de que los gentiles convertidos al Señor Jesucristo no se debían circuncidar y que de las leyes de Moisés solamente se abstendrían de cuatro cosas: "ahogado, idolatría, fornicación y sangre" (debemos notar que en Hechos 15 no se dice que los judíos no deben guardar las leyes de Moisés). No se recomienda a los gentiles convertidos la circuncisión ni el cumplimiento de las leyes de Moisés, porque si los gentiles se circuncidaban estaban obligados a ofrecer sacrificios, ofrendas y demás ordenanzas impuestas por la ley de Moisés, las cuáles debían ser presentadas en el Templo de Salomón; esto era imposible porque no estaba permitido que se juntaran judíos con extranjeros, porque era una abominación (Hechos 10:28), y menos en el Templo, lo cual constituía una contaminación (Hechos 21:28,29), y si los gentiles se circuncidaban estaban obligados a sacrificar en el Templo. Pablo dice en Gálatas 5:3: "Y otra vez vuelve a protestar a todo hombre que se circuncidare que está obligado a hacer toda la ley".

Nueve años después del Concilio, esto es en el año 60 d.C., llega el apóstol Pablo a Jerusalem, y los Apóstoles le hacen ver que hay millares de judíos que han creído, y todos son celadores de la ley (Hechos 21:20), por lo cual le recomiendan que demuestre a los judíos cristianos que él (Pablo) también anda guardando la ley, razón por la cual Pablo se purificó con los cuatro hombres que tenían voto. Y así podemos ver con toda claridad que los Apóstoles y demás judíos cristianos nunca entendieron que Cristo con su muerte quitó las fiestas y la Leyes de Moisés, pues aún 30 años después de la muerte de Cristo, los Apóstoles y demás creyentes siguieron guardando celosamente la Leyes de Moisés, entre las cuáles se cuentan las Fiestas y los sábados.

En éste tiempo, como las Iglesias de gentiles convertidos a Cristo se multiplicaban, y era necesario que se unificaran a los judíos, fue necesario que el Señor le revelara al apóstol Pablo la forma de unificar a ambos grupos cristianos. Por lo cual, el apóstol Pablo en sus cartas a las Iglesias de Efeso y Colosa, les hace ver que las Leyes de Moisés se deben observar por ambos grupos, pero ya no estando unidos a los judíos que no han creído en Cristo, sino que la unión debe ser en los dos grupos de la misma fe. De modo que, los gentiles, para tener derecho a estar con los judíos cristianos, deben ser circuncidados, solamente que la circuncisión de los gentiles es el Bautismo (Colosenses 2:10-13). Las ofrendas y sacrificios que la Ley exige se cumplen en la persona de Cristo. Porque como dice Pablo en Efesios 2:11-19, todos aquellos cristianos que no eran de raza israelita, eran considerados como gentiles; pero, cuando éstos gentiles aceptaron a Cristo como su Salvador, fueron unidos a los judíos convertidos, que Pablo llama con el nombre de República de Israel, de modo que los gentiles pierden su naturaleza gentil y son considerados como Israelitas, porque dejan de ser extranjeros y advenedizos, y ahora son ciudadanos con los santos y domésticos de Dios.

Se dice que la ley en orden a ritos fue dirimida en el cuerpo de Cristo, o como dice Pablo en Colosenses 2:14: "Rayendo la cédula de los ritos que era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y enclavándola en la cruz". Con esto se nos da a entender que todo lo que impedía la unión entre los dos grupos cristianos, se encuentran comprendidos en el cuerpo de Cristo, porque son una sombra de lo porvenir, mas el cuerpo es de Cristo (Colosenses 2:14-17). Por ejemplo: si los judíos cristianos exigían la circuncisión para los gentiles, éstos se bautizaban y en el bautismo tenían la circuncisión; si pedían sacrificio de corderos, en Cristo tenían la víctima para el sacrificio; si querían una ofrenda que también era exigida por la ley, Cristo era la ofrenda; si pedían la intervención de un sacerdote, Cristo era el sacerdote. De manera que, todo lo que la ley exigía, en Cristo se cumplía. De modo que, así como en el Antiguo Pacto fue necesario que se cumplieran la leyes de Moisés, de igual manera bajo el Nuevo Pacto se cumplen las mismas leyes, solamente que ahora están escritas no en tablas de piedra, sino en el corazón de los que han creído en Cristo (Hebreos 8:6-10; 10:15-16). Hay muchos hermanos que se conforman con obedecer la ley de los Diez Mandamientos, y pasan por alto que bajo el Nuevo Pacto se deben observar no una ley, sino varias leyes.

LAS FIESTAS DE JEHOVA
Como hemos visto en lo antes expuesto, en la República de Israel del Nuevo Testamento (Efesios 2:12) están Dios, Cristo y las promesas. Por tanto, también están las tres fiestas: Pascua, Pentecostés y Cabañas.
El apóstol Pablo les dice a los hermanos de la Iglesia de Corinto que hicieran la Fiesta de los Azimos (1 Corintios 5:7,8), no en la vieja levadura de malicia y de maldad, sino en ázimos de sinceridad y verdad. Esta es una fiesta que se hace diferente, pero es la Fiesta de los Azimos. La diferencia está en que los cristianos no comemos el cordero físicamente hablando, porque en su lugar comemos un pan que es la representación de la carne del cordero, y bebemos una copa que es la representación de la sangre del cordero. Solamente que, como para nosotros Cristo es el Cordero, el pan que partimos es la representación del Cuerpo de Cristo, y la Copa de bendición que bendecimos es la representación de la comunión de la Sangre de Cristo. Porque Cristo es nuestra Pascua.

También celebramos la Fiesta de Pentecostés porque el apóstol Pablo, ya convertido al cristianismo, les dijo a los hermanos que: "...se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalem" (Hechos 20:16). Esto lo dijo Pablo en el año 60 d.C., y ese mismo año escribe a los hermanos de Galacia y les dice: "Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar transgresor me hago" (Gálatas 2:18), con lo cual nos hace entender que la Fiesta de Pentecostés no la había quitado él, y si no la quitó él, entonces ni Cristo ni ninguno de los apóstoles de Cristo han quitado ésta Fiesta. Si vemos que Pablo llegó a Jerusalem y no celebró en ésta ciudad la Fiesta mencionada, obedece a que cuando Pablo habló lo de Hechos 20.16 ya habían pasado los panes sin levadura, y estaba dentro de las siete semanas para la celebración de la Fiesta y cuando Pablo llegó a Jerusalem era mucho tiempo después de que se celebró la Fiesta de Pentecostés, pues Pablo se quedó muchos días solamente en la casa de Felipe el evangelista, o como dice la misma Biblia en 1 Reyes 17:15, era como un año entero (Hechos 21:1-11): "Y parando nosotros allí por muchos días, descendió de un Judea un profeta, llamado Agabo".

Para los judíos que no habían creído en Cristo, esta fiesta tenía un carácter agrícola y se debía celebrar en el Templo de Salomón, pero para los cristianos no, porque para los que hemos creído en Jesús, el Hijo de Dios es nuestra ofrenda (la gavilla de cebada y las dos tortas y y el o los corderos del sacrificio u holocausto) (Levítico 23:10-21). Porque el Señor Jesús es para nosotros: "...ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave" (Efesios 5:2). De igual manera, no tenemos la obligación de ir a celebrar dicha fiesta en el Templo de Jerusalem, porque para los cristianos cada Iglesia es considerada como el templo de Dios (1 Corintios 3:16,17).

La Fiesta de las Cabañas fue celebrada por Cristo, según se dice en Juan 7:1-37. Algunos comentaristas dicen que la fiesta que Pablo iba a celebrar en Jerusalem (Hechos 18.21) era la de Cabañas, porque la cronología de la Biblia en este capítulo es el año 59 d.C., pero nosotros no podemos asegurar dicho concepto; lo único que si podemos asegurar una y mil veces es que Dios ordenó que tres veces en el año se le celebrara fiesta, y el hecho de que en el Nuevo Testamento se mencione en tres lugares que se deben celebrar las fiestas es una prueba irrefutable de que las fiestas sí existen para los cristianos. He aquí las razones de la Escritura:
* "Sino que se despidió de ellos, diciendo: es menester que en todo caso tenga la fiesta que viene, en Jerusalem; mas otra vez volveré a vosotros, queriendo Dios. Y partió de Efeso" (Hechos 18:21).
 *"Limpiad pues la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois sin levadura; porque nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros. Así que hagamos fiesta, no en la vieja levadura, ni en la levadura de malicia y de maldad, sino en ázimos de sinceridad y de verdad" (1 Corintios 5:7,8).
*"Porque Pablo se había propuesto pasar adelante de Efeso, por no detenerse en Asia: porque se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalem" (Hechos 20:16).
Muchas veces se argumenta que ésta fiesta no es para los gentiles, porque en Levítico 23:42 se dice: "En cabañas habitaréis siete días: todo natural de Israel habitará en Cabañas ". Pero los que citan este texto y otros más del mismo capítulo olvidan que los que han creído en Cristo son de la simiente de Abraham, y por lo tanto entran a formar parte de la República de Israel, donde ya no son extranjeras (gentiles) ni advenedizos, sino ciudadanos con los santos y domésticos de Dios. Porque como dice el mismo apóstol en el libro de los Romanos, que los gentiles son un acebuche ingerido en el árbol de la buena oliva, para ser participantes de la raíz y grosura de la Oliva, que no es otra cosa que la misma República de Israel (Efesios 2:11-19; Romanos 11:13-24).
Ejemplo: En todas las Naciones o Repúblicas hay dos clases de habitantes, unos son habitantes de nacimiento, y otros lo son por ciudadanía, pero unos y otros pueden celebrar la Independencia de la Nación donde están porque pertenecen ya al mismo pueblo. Así nosotros, celebramos las Fiestas de Jehová porque somos ciudadanos del Israel de Dios.

También muchos no ven bien que adornemos en la Fiesta de las Cabañas con ramas y fruta, porque consideran que las ramas y la fruta son cosa física y no espiritual. Pero es que éstos hermanos no han entendido qué es lo espiritual; ellos piensan que lo espiritual es lo que no se ve ni se toca, pero la Palabra de Dios no nos enseña así. En ella se nos dice que los pensamientos de Dios son diferentes a los pensamientos del hombre. Por ejemplo, se dice que los hermanos de Corinto eran carnales porque peleaban entre ellos, mientras que los hermanos de Galacia que también eran de carne y visibles, pero hacían la voluntad de Dios, y por lo tanto eran espirituales, no obstante que eran de carne, visibles y tangibles (1 Corintios 3:1-4; Gálatas 6:1). Por consiguiente, si la fruta y las ramas que usamos para adornar la Casa de Oración las usáramos porque lo manda el hombre, esto sería carnal. Pero si el adorno lo hacemos o usamos por Mandamiento de Dios, esto es espiritual. Porque "Dios es Espíritu" (Juan 4:24), y según cualquier diccionario, espiritual es lo que viene del Espíritu. Por tanto, lo que usamos para adornar nuestra Casa de Oración es espiritual, porque Dios nos lo manda en Levítico 23:39-41.

Otras veces se cree que es motivo para no celebrar éstas fiestas el hecho de que en las Escrituras se dice que la Fiesta de las Cabañas
es un rito, y como Pablo dice que Cristo dirimió en su carne la ley en orden a ritos, y que en la cruz fue enclavada la cédula de los ritos que "nos era contraria" (Efesios 2:15; Colosenses 2:14), no es necesario guardar una cosa que es un rito. Pero claro, quien razona así no ha entendido qué es un rito. Porque si supiera qué es un rito, celebraría lo que es parte de la voluntad de Dios aunque fuera un rito. Pues bien, la palabra rito viene del latín "ritus" y significa "costumbre o ceremonia; conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas". De modo que, en el cumplimiento de la voluntad de nuestro Dios, celebramos muchos ritos, como el programa que se desarrolla semanariamente en la Iglesia, en el día Sábado, es un rito. La ceremonia bautismal es un rito; la ceremonia en la Cena del Señor, en la que participamos del Pan y de la Copa, es un rito. Pero éstos ritos no ofenden a Dios, ni fueron enclavados en la cruz. Los ritos que fueron enclavados en la cruz fueron los "que eran contra nosotros". Todo lo que está permitido, como es el Sábado semanal y la Fiestas, son un rito, pero Dios lo ha ordenado para su pueblo.

Algunas veces se nos dice que no celebramos la Fiesta de las Cabañas porque no dormimos debajo de una cabaña por siete días, ni adornamos en los patios o terrados de nuestra casa, ni adornamos en los patios de la Casa de Oración. Porque ven en Nehemías 8:16-18 que los israelitas que regresaron de Babilonia adornaron en los patios de las casas y en los terrados, etc. Pero los hermanos que nos exigen esto no se han fijado que esta forma de adornar, así como dormir bajo una cabaña, fue hecho solamente en esta vez de Nehemías , y fue por el gozo que tenían por haber regresado de la cautividad, "pero desde los días de Josué, hijo de Nún, los israelitas no habían hecho así". Aquí nos quiere decir que no habían hecho la Fiesta de las Cabañas, porque en 2 Crónicas 7:8-10 se dice que Salomón terminó el Templo, y por ende el altar, por lo cual hizo fiesta siete días por el altar, y se siguió con la fiesta de las Cabañas, porque el altar era para sacrificar en las tres grandes solemnidades (2 Crónicas 8:12,13); así que lo que los hijos de Israel no "habían hecho así" fue la forma de celebrar la fiesta.

Por todo lo expuesto debemos aceptar que, para hacer la voluntad de Dios, es necesario que también celebremos las tres fiestas: Azimos o Pascua, Pentecostés o Semanas y Cabañas o Tabernáculos. Porque así como no encontramos en la Palabra de Dios un solo texto que diga que no debemos guardar el Sábado semanal, tampoco encontramos un solo texto donde diga Dios que no debemos celebrar las fiestas. En Colosenses 2:16 dice Pablo: "Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en parte de día de fiesta. O de nueva luna, o de sábados". Pero sabemos que aquí se hace referencia a la carne que representaba a Cristo o comida, al agua que era un tipo de Cristo, a las fiestas que eran un tipo de Cristo, como son las fiestas de las Expiaciones y la de las Trompetas que eran un tipo de Cristo, por lo cual se dice: "o en parte de día de fiesta", porque unas fiestas iban a quedar enclavadas en la cruz, y de la misma manera aquí se hace referencia a los sábados de las fiestas que eran un tipo de Cristo, como dice Colosenses 2:17.

En otras ocasiones se cita a Gálatas 4:10, pero quienes toman dicho texto no se han fijado que Pablo en éste libro se está dirigiendo a los gentiles, los cuáles nunca habían celebrado las fiestas de Jehová, y que adoraban a los ídolos y no al Dios vivo. Luego, aquí no se habla de las tres fiestas que guardamos los cristianos que estamos haciendo la voluntad de Dios (Gálatas 4:8-9).

Siempre se cita, como una base para sustraerse a la observancia de las fiestas, el texto de Gálatas 3:10 que dice: "Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas". Si analizamos dicho texto, sacaremos en conclusión que la maldición está para los que no cumplan con las obras de la ley, y no para los que cumplen. ¿Por qué Pablo se expresa aquí de esta manera? Porque como en ese tiempo aún estaba el Templo de Salomón, si los gentiles se circuncidaban estaban obligados a cumplir con toda la ley. Y como ya dijimos antes, en su carácter de gentiles no tenían permiso de sacrificar u ofrecer en el Templo conforme lo exigía la ley de Moisés, porque era una abominación que un gentil entrara al Templo, y menos aún siendo cristiano, porque los cristianos eran considerados por los judíos como unos "herejes" (Hechos 24:14). De manera que, los gentiles se deben circuncidar, pero en la circuncisión de Cristo, y cumplir con los requisitos de la ley, pero en la Iglesia de Dios, donde los sacrificios son espirituales, y donde son ofrecidos por un Sacerdote que no es del orden de Aarón, sino de Melquisedec.

Para terminar ésta explicación acerca de la voluntad de Dios, analicemos detenidamente los capítulos 28 y 29 de Números, donde encontramos que todos los sábados y festividades tenían como parte de su ritual el sacrificio de corderos; pero al venir Cristo celebramos el día sin sacrificio de corderos, porque Cristo es nuestro sacrificio. Y comenzaremos con el sábado semanal (Números 28:9,10), en las nuevas lunas que es principio de los meses (Números 28:11-15), en la Pascua y Azimos (Números 28:16-25), en el día de las Primicias o Pentecostés (Números 28:26-31), en la fiesta de las Trompetas (Números 29:1-6), en la fiesta de las Expiaciones (Números 29:7-11) y en la fiesta de las Cabañas (Números 29:12-39).

Con lo que nos enseña Jehová en el libro de los Números, nos damos cuenta que así como observamos el sábado semanal, sin matar los corderos ni ofrecer sus libaciones u ofrendas vegetales, y solamente observamos el día, porque Cristo es nuestro sacrificio u ofrenda, así celebramos las Fiestas de Jehová, sin matar animales, ni ofrendas vegetales o libaciones, porque Cristo es nuestra ofrenda y nuestro sacrificio (Efesios 5:2).

Hermano en la fe de Jesucristo: Si quieres entrar al reino de los cielos, y para ello obedeces la ley de la alimentación, pagas tus diezmos y guardas el sábado semanal, observa también las Fiestas de Jehová, porque de otra manera no estarás cumpliendo con la voluntad de Dios.

"Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos" (Santiago 2:10).